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Mostrando entradas de septiembre, 2007

Dr. García.

El Dr. García pasa horas y horas meditando entre cigarro y cigarro mientras mira a ninguna parte sentado junto al quicio de la puerta. Siempre tiene una sonrisa que regalar. Es un hombre de pocas palabras, pero de sabias palabras. No hace mucho me preguntaba con socarrona sonrisa y cierto tono guasón: "Dr. Michael, ¿no tendría usted un remedio casero para que mañana fuera seis de enero?". El Dr. Michael sólo encontró una respuesta: Otra sonrisa, esta vez de complicidad.

Mira al lado.

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No consigo comprender cómo se puede viajar al lado de una ventanilla sin mirar por ella. Hay libros fascinantes, fantásticos artilugios electrónicos, increíbles realidades virtuales, mil escusas para abstraerse... Pero todos ellos seguirán estando ahí al final del trayecto. Lo que nunca más veremos será el mismo paisaje que dejamos atrás, ni siquiera en el viaje de vuelta.

Requiem F601Z.

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U na mañana de trabajo como otra cualquiera si no llega a ser por la lluvia que adorna hoy a Sevilla. Casi una hora de autobús callejeando entre lentos semáforos, agradecidos arriates, desprotegidos transeúntes a la carrera, paraguas abiertos, atascos de septiembre, cristales mojados y vaho en el alma. Le apetecía mirar por la ventana y decidió que iba a salir del bolso. Y miró por la ventana y una extraña sensación de alegría le hizo cantar todo su repertorio de histéricos beeps. Impaciente sacó su pequeño objetivo y en una electrónica erección comenzó la cacería de salpicados colores saturados, de asfaltos encharcados, cristales llorones, borrosos desplazamientos, limpiaparabrisas inquietos, viajeros dormidos, oscuridades incomprendidas, chicas con el pelo empapado, cielos grises, desiertos carriles bici... Y nos invade la certeza de que por fin la luz quiere jugar con Sevilla a que ya es otoño. Ella siente el cosquilleo en sus sensores al soñar con cada nuevo matiz de contrastes, s

Con el agua al cuello.

Pasan a la altura de mis ojos las quillas de los más hermosos yates jamás construidos. No es que me llegue al cuello, es que el agua que navegan unos pocos a mi ya me entra por la boca. Escribo esto hoy para que os vayáis haciendo a la idea de que posiblemente en menos de un mes ya me llegue a la coronilla, o sea, que estaré ahogado y ya no sabréis nada más de mi. Pero no seamos alarmistas, no os preocupéis demasiado, todo tiene solución. Además los del yate no pueden dejar que se ahogue el que les da de comer, les basta con apretar lo suficiente como para que no piense demasiado, pero sin ahogar. El caso es que ocurren cosas a las que de dárseles en los medios la importancia que tienen... se iba a liar de de Dios es Cristo. Pero como los medios son de los del yate y nos tienen demasiado ocupados viendo telebasura y haciendo cuentas para llegar a fin de mes no nos enteramos de la misa la media. Ocurren cosas como que los grandes bancos mundiales no dejan de "inyectar" dinerit

A quemapiel.

"Te quiero" a bocajarro. Rodeado de brazos y piernas, rodeado de ti, rodeado de besos, jadeos, sudor, caricias, saliva, mordiscos, deseo, contorsiones, ansiedad... Y disparas un "Te quiero" a bocajarro, "Te quiero" a quemapiel, "Te quiero" sin previo aviso, "Te quiero" veinte veces, "Te quiero" en voz alta y en voz baja, "Te quiero" a media luz, "Te quiero" debajo de ti, "Te quiero" a secas y a húmedas, "Te quiero" con el pelo suelto, "Te quiero" los fines de semana, "Te quiero" ahora, "Te quiero" sin nada, "Te quiero" como por casualidad, "Te quiero" como soy, "Te quiero" mientras me soportes, "Te quiero" media hora, "Te quiero" si no me miras, "Te quiero" aunque me hagas llorar, "Te quiero" no sabes por qué, "Te quiero" con fondo naranja, "Te quiero" deprisa, "Te

Delirium Morpheus.

La luz atraviesa inmisericorde la botella de agua helada para dar de lleno en mi cara. El polvo lo cubre casi todo. Los párpados pesan toneladas. Las sábanas esperan. Los relojes se sienten abandonados. Los delirios se desperezan. Las pesadillas se resignan. La computadora se excita. El día no existe. La noche ya no es joven. La chica del 27 se desvanece. La juventud insultante se descarta. La compañía se extraña. El germen crece. El fruto madura. El deseo se apaga. La desilusión avanza. La expectativa engorda. Las rodillas crujen. El cuello tira. Las ventanas se cierran. Las neuronas cortocircuitan. Los teléfonos duermen. Las dudas asaltan. La sed persiste. Los recuerdos molestan. Las obligaciones insisten. La búsqueda cansa. Las palabras chirrían. La imposición funciona. Agobio inunda. Enamorarse se prohíbe. Sonreír se encarece. El viaje empieza. La realidad se acaba. El peso vuela. Creer perece. Imaginar nace. Poder se rinde. Querer abdica. Oscuridad invade. Hipnos triunfa. Muerte