Ecos.

Ecos de un grito casi olvidado que sigue rebotando en las paredes de una habitación cerrada. Ecos que, tras el descuido que resquebraja los muros, escapan expandiéndose por la casa. Ecos que con cada golpe se debilitan gimiendo contra la muerte cierta que les espera en el vacío intermedio. Ecos que hacen vibrar el cristal de las ventanas mal cerradas. Ecos de fantasías conformistas, de complacientes ilusiones, de alegrías infinitesimales, de orgullos pisoteados, de locuras adolescentes, de esperanzados perdones, de consentidas insensateces, de maletas de plástico negro, de estúpidos remordimientos, de tatuajes en las entrañas, de falsas convicciones, de devastadoras derrotas, de efímeras reconquistas, de batallas ganadas, de guerras perdidas... Ecos que al fin y al cabo no son más que ecos, ecos, ecos...

Comentarios

  1. ecos no tan olvidados, ecos de silencios y palabras, ecos que al fin y al cabo creamos, ecos que nos sorprenden por ser exactamente eso, nada más y nada menos que ecos, dan lo que damos.

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