Ciega, pero justicia. Confianza, pero no ciega.

¿Justicia? Ciega, pero justicia. A medias, pero justicia. Lenta como siempre, pero justicia.

Fui por el camino de los honestos... Y no perdí. Hoy puedo decir que de nuevo he recuperado mi escasa confianza en nuestro sistema judicial. No es perfecto, es difícil que ningún sistema lo sea, pero hoy sigo confiando en él. Los miserables, por esta vez, no se han llevado el gato al agua.

Ninguna prueba irrefutable, ningún testigo, pocas esperanzas, y sobre todo la determinación de no permitir que un cromagnon se saliese con la suya. Con esto bastó para que, si no se impusiera la verdad, al menos sí la duda razonable.

A pesar de que los procesos de razonamiento debían ser algo distintos en los tiempos de las cavernas la justicia es tan ciega para el cromagnon como para el resto de los homo sapiens, y a los dos se les respeta la presunción de inocencia.

No necesité testigos falsos ni mentiras perfectamente hiladas. No estoy satisfecho porque he perdido mucho dinero, pero mi conciencia está absolutamente tranquila. Probablemente, si me hubiese comportado como el embustero que estuve tentado de ser, hoy tendría una cuenta bancaria mucho más abultada, y no sería injusto, pero sí deshonesto. ¿Cómo me sentiría entonces? ¿No estaría igual de tranquilo? ¿Sería más feliz? ¿He sido tonto?

El hombre de cromagnon se fue de rositas porque no hay pruebas de su ineptitud y sólo la pagó a medias. Para mí, por tanto, sólo se hizo justicia a medias.

No he conseguido lo que me hubiese gustado, pero sí lo que razonable y honestamente se podía conseguir.

La honestidad sigue siendo un valor vigente y reconocido... Por el momento.

Comentarios